lunes, 9 de mayo de 2011

No somos nada; Nada hay que perder.

El GAL y Bin Laden muestran los dos cinismos de nuestra sociedad
¡¡¡ Qué difícil es actuar con sabiduría !!! ¿Qué significa realmente eso...? A medida que vamos profundizando en nuestras preguntas, vamos nos encontrándonos a nosotros mismos. Los acontecimientos vienen de ahí fuera, y las preguntas surgen de aquí dentro... Aquí dentro están los valores; ahí fuera están las realidades. El sujeto de pie sobre la vía, observa venir el tren de las realidades, y como último recurso, se aferra a la farola del cinismo, en el arcén, justo antes de ser atropellado. Evitando el atropello, uno se hace creer que ha salvado a los que iban en el tren... Que lo ha hecho por los otros, que le deben gratitud... pero lo que realmente ha hecho es traicionarse a sí mismo. ¿Cómo va a ayudar a los demás, si no es capaz de ayudarse a sí mismo? Y así, a pequeña escala, este conflicto, mermado y confuso, se va esparciendo entre el pasaje. Lo hemos visto una y otra vez. Es una historia que se repite: el eterno retorno de lo idéntico a sí mismo. Nuevos trenes, más grandes y veloces, y otros individuos que siempre se apartan... Llámale Felipe, Jose María, Jose Luis, Barack, Iñaki o Juan Pueblo. Siempre se aparta, vence el sentimiento de pérdida. Todos "son" a través de los otros y tratan de minimizar las pérdidas desde esta perspectiva. ¿Cómo podría ser de otro modo? Quizás... siendo a través de uno mismo. ¿Miedo al tren? Inevitablemente, un día u otro, no habrá fuerzas para apartarse y el tren te atropellará. Pero antes de que suceda, comprenderás lo estupido que fuiste en otras ocasiones y te reirás a carcajadas, abrazando la realidad con júbilo. En última instancia, no somos nada y nada hay que perder.

3 comentarios:

Juliana Luisa dijo...

Me ha gustado tu post, pero no el final "nada hay que perder". Creo que hay que perder mucho y decir que "nada hay que perder" es una fácil excusa. Perdona; casi estoy segura de que piensa como yo, sino no habróa escrito lo que ha escrito.

Titiriteiro dijo...

Gracias por tu comentario Juliana Luisa...

en señal de gratitud te dedico esta composición:

Estás esperando un tren.
Un tren que te llevará muy lejos.
Tu sabes donde quieres que este tren te lleve,
pero no sabes donde te llevará.
Pero no importa, ¿porque?

El cuerpo es el árbol Bodhi;
la mente, como un brillante espejo de pie.
Cuida de limpiarlo siempre,
sin dejar que acumule polvo.

Jamás hubo un árbol Bodhi,
ni brillante espejo de pie.
En realidad nada existe,
¿dónde, pues, se acumulará el polvo?

Juliana Luisa dijo...

Muchas gracias