lunes, 25 de agosto de 2008

Batman El Caballero Oscuro

Una película para todos y para nadie...



Meritos
Existen películas innúmeras en las que pueden olfatearse los viejos y ñoños ideales del “bien” en su supuesta eterna lucha contra el “mal”. De esta serie incalificable de filmes apestosos se ha elevado cual Ave Fenix, como emergiendo de sus cenizas como no se había visto desde “Gladiador”, “Batman, el Caballero Oscuro”. Sin duda, su director y guionista Christopher Nolan, es merecedor no del Oscar, sino del premio Novel de literatura. Sólo me gustaría saber cual ha sido la inspiración de este hombre para elaborar el guión. Si ha sido Nietzsche, desde luego, este hombre conoce el Arte de la Lectura con Mayúsculas y ha sabido interpretarlo y aplicarlo a su propia obra en un Renacimiento de la Tragedia. Si ha sido su propio instinto el que lo ha llevado hasta ahí, sin duda este Ave, ha volado más alto que ningún otro contemporáneo.

Sutileza
La primera sutileza, el tronco del que se disparan los bellos ramajes de esta obra, a saber, la lucha de Batman contra el Joker, se plantea como la lucha de dos voluntades encontradas. Quien tiene la voluntad, tiene la fuerza (Menandro). El resto, es decir, el fiscal, la policía, los mafiosos, los locos, el populacho en general... son figurantes, personajes que no actúan con voluntad propia, sino agentes serviles a una voluntad superior o movidos por sentimientos primarios de codicia ó miedo. Mirado desde cierta altura, aquí están representadas las concepciones Nietzscheanas de la vida, a saber, el intrincado choque de complementarios, entre lo Apolíneo y lo Dionisíaco; la lucha de cierta concepción del Orden y la Justicia contra el Caos y el Devenir; es decir, una representación exagerada de la Tragedia de la vida en el drama Dionisíaco. Apolo, es decir Batman, representa el control y la serenidad, la forma y estructura de la identidad individual clara, racional y moderada; mientras que su complementario Dioniso, es decir el Joker, Dios del vino y patrón del drama en la mitología griega representa la intoxicación del flujo no estructurado y caótico que precede a la individualización. Dioniso, ese espíritu libre que dice SÍ a la vida de forma impulsiva, excesiva, desbordante; como una ilusión bella y excitante, pasajera pero llena de pasión, admirable y combativa que acepta todo el sufrimiento del mundo a cambio de una bella apariencia individual que se va a extinguir.

Complementarios
Como en el símbolo del Yin-Yang, en el que se representan dos entes complementarios unidos y donde cada uno de ellos conserva en su interior el germen de su opuesto, así el Joker revela a Batman esta dependencia entre los dos. En la película se muestra a una mafia casi acabada como crimen organizado de Gotham, pero la aparición del Joker lo cambia todo. De este modo Batman sigue siendo necesario dada la amenaza que representa el Joker, pero a su vez el Joker, que contempla una visión estética de su propia vida, no animada por el afán de lucro, ni relevancia social (en el sentido estándar), sino por un sentido apocalíptico del ejercicio de poder en lo que él considera “su ciudad”, necesita a Batman, pues le ve como el único gran rival digno de él mismo. De hecho en la película cada uno de ellos podría haber liquidado al otro, pero no lo hacen, porque la lucha es mucho más sutil que la mera confrontación física, en la que Batman es claramente más fuerte; se busca la derrota moral !!!

Apologista y profanador de la moral
En esa escena en la que Joker explica a Batman su dependencia mutua, Joker deja patente también cómo él se sabe diferente, más distinguido, más poderoso, capaz de grandes obras y de producir admiración, y así también ve a Batman. Pero mientras a Batman las “grandes obras” del Joker le inspiran el horror de la violencia y la maldad humanas, al Joker le atraen con la intensa emoción del que se ve llamado a reavivarlas y reproducirlas. De este modo, Joker considera su vida como estéticamente excitante, es decir, aumentadora de sus fuerzas naturales y liberadoras de la opresión civilizada. Joker considera que todos los medios son válidos para generar el Caos que tanto aterroriza a los ciudadanos de Gotham. Según el Joker, y esto es probablemente lo más interesante del guión, “el hombre es amoral por naturaleza”. Para demostrarlo, una y otra vez pone a los individuos en situaciones límite de las que sólo saldrán “venciendo” sus prejuicios morales. El palo roto de billar entre los guardaespaldas mafiosos, los dos barcos cargados de bombas con los detonadores intercambiados entre ambos pasajes, la revelación de identidad de Batman ó el asesinato de inocentes... y la jugada más hábil que le dará a Joker la victoria sobre Batman: la elección entre la vida del fiscal Harvey Dent y la amada por ambos Rachel Dawes.... Porque como el mismo Joker le dice a Batman, aquella única norma moral que Batman detenta, será precisamente la que tenga que quebrar para salvar la situación. Lo que nos lleva de nuevo al viejo teorema Nietzscheano por el cual toda moral se impone contra sí misma. Es decir, para imponer una determinada moral, esta debe ser quebrantada por sus propios apologistas. El mismo Batman es consciente de la situación y le confiesa a Rachel que quiere arrojar la toalla y entregarse porque “yo veo ahora en quien me tendría que convertir para detener a alguien como el”. Batman pretende abandonar sobre las espaldas del fiscal el peso de la lucha contra la mafia y huír con la chica. Batman debe renunciar a sus escasos principios si quiere vencer, y la contemplación de esta perspectiva se le hace insoportable.

El ideal estético
Durante toda la película se saborea el regusto amargo de las crisis de identidad de un Batman que se percibe a si mismo como “sobrante” en su situación soñada ideal, es decir, sufriente a causa de sí mismo y arrepentido de sus actos una y otra vez; situación que contrasta con la percepción de sí mismo que tiene el Joker, orgulloso de sí, artífice de su propio mundo, y que honra sus propias acciones una vez perpetradas. Es tal el amor a una cierta concepción estética de sí mismo – la concepción de una tragedia - , que llega al extremo de disfrutar de su propia muerte, como un Sísifo, como si el final de una obra de arte se tratase, cosa que está a punto de suceder en la película en varias ocasiones. Da gusto verlo reír mientras se precipita al vacío al que Batman lo ha arrojado, y cómo se disgusta cuando el propio Batman le salva de la caída. Como nuevos ladrillos en la construcción de esa idea estética de sí, está el gusto del Joker por inventar historias acerca de sus cicatrices en la cara, hechas a medida para causar alguna reacción en sus interlocutores. Y como una prueba de la consistencia anárquica de su existencia, la ausencia total de información sobre su pasado policial ó identidad registrada alguna, como un Caos emergente del Orden.

Idealismo y realidad
En contraposición, en el pasado de Batman, hay una doble génesis para sus crisis, de una parte su motivación original es la venganza por el asesinato de sus padres y por otra, él actúa al margen de una ley que dice defender. Una génesis doblemente decadente: corrupta e inconsistente, dado que ambos principios chocan entre sí. Pero Batman se considera a sí mismo “un mal menor”, cuyas actividades delictivas se han visto forzadas a entrar en escena dada la imposibilidad de la Justicia y la Legalidad para hacerse valer a sí mismas. Por ende, la aparición del fiscal Harvey Dent, un individuo confiable y poderoso, hace que Batman vuelva a tener fe en la Justicia, haciendo su figura innecesaria y habilitándole para abandonar con la conciencia tranquila. La Justicia se convierte en la Verdad; en una concepción idealizada que modifica el mundo a su imagen y semejanza... Pero la verdad no es más que aquella clase de error, sin la que una determinada especie de seres vivos no podrían vivir. El valor para la vida es lo que decide en última instancia... Así que Batman es víctima de un valor desproporcionado entregado a los conceptos, provocando la aparición de un mundo ilusorio y falso que ha ignorado lo vital, encarnado por el fiscal de distrito Harvey Dent, que en una hábil maniobra obliga a Batman a no renunciar suplantándole en el momento justo de la entrega a la policía. Es en este momento, en que surge el Batman heroico que asume que tendrá que romper sus principios para que los demás sigan teniendo alguno.

Cara a cara
Llega el momento decisivo. El encuentro cara a cara. Pero el Joker lleva la situación a su propio terreno y como se ha dicho, la victoria que busca no es física, su propia muerte no le importa si sirve a su finalidad, demostrar una concepción amoral del mundo. Para ello, trama convertir al justiciero Batman en un asesino, destruyendo su única norma. En una de las escenas más intensas de toda la película, Batman avanza veloz en su batmoto dispuesto a atropellar al Joker que camina desafiante y consciente hacia su propia destrucción. Pero Batman no está preparado para convertirse en un asesino, se arrepiente, le esquiva y cae... El teniente Gordon aparece en el momento justo para salvar a Batman y el Joker es detenido. Pero algo falla...

El meollo de la cuestión
Ya en la comisaría, hay varias escenas que llaman la atención. Una nueva muestra de la anárquica personalidad de Joker es el aplauso desde su celda al anuncio del ascenso del teniente Gordon a nuevo comisario. El encuentro en la sala de interrogatorios con el comisario, donde Joker mete el dedo en la llaga sobre la corrupción policial y la soledad del íntegro comisario. Y finalmente la entrevista con Batman; los dos minutos de oro de la película, transcritos íntegramente para deleite de la concurrencia. Huelgan los comentarios:


[...Batman entra en escena en la sala del interrogatorio y mete a Joker un par de hostias sin mediar palabra. Después comienza el diálogo...]
Batman: Usted me quería y ahora estoy aquí.
Joker: Yo quería ver lo que usted haría y no me decepcionó. Dejó morir a cinco personas después permitió que Dent suplantase su identidad. Resulta cruel hasta para alguien como yo.
Batman: ¿Donde está Harvey?
Joker: Los mafiosos quieren verle muerto, para dejar la situación como estaba antes, pero yo se la verdad, se que la situación ya no tiene vuelta atrás. Usted lo ha cambiado todo para siempre.
Batman: ¿Entonces por qué quiere usted matarme?
Joker: [Risas] ¡¡¡ Yo no quiero matarle a usted !!! ¿Qué haría yo sin usted, volvería a robar mafiosos? ¡¡¡NO, NO, NO !!!. ¡¡¡ Yo le necesito !!!
Batman: Usted es un ratero que mata por dinero.
Joker: No hable como un ingenuo. Usted no lo es. Ni aún cuando lo desease. Para ellos usted es solo un loco, como yo. Ahora le necesitan, pero cuando usted ya no sea útil, le expulsarán como a un leproso. La moral de los otros, su supuesta honra es ruin, se olvidan de ella a la primera señal de problema. Las personas son tan buenas como el mundo les permite, y se lo voy a demostrar. Cuando yo termine, todas estas personas civilizadas se van a comer las unas a las otras. Yo no soy un monstruo, tan sólo estoy en la vanguardia...
[...Batman encolerizado comienza a empalizar al Joker...]
Batman: Yo tengo una regla.
Joker: Entonces será la que tenga que quebrar para saber “la verdad”.
Batman: ¿Y cual es “la verdad”?
Joker: Que la única forma sensata de vivir en este mundo es no tener reglas y hoy usted tendrá que quebrar su única regla.
Batman: Estoy pensando en eso...
Joker: Faltan pocos minutos, así que usted va a tener que entrar en mi juego si quiere salvar a uno de ellos. [...] Matar es hacer una elección. Una elección entre una vida u otra. Debe elegir entre su amigo el abogado público ó la rubia recatada... Usted no tiene nada con que amenazarme, nada que hacer, aún con toda su fuerza. Usted tendrá que elegir. Los dos están vivos y su dilema es que usted tendrá que elegir a quien salva...

Joker revela a Batman aquella verdad Nietzscheana por la cual vivir es hacer elecciones, ser parcial, es decir injusto (al gusto clásico), tomar partido; que toda vida crece y se desarrolla a costa de otras, que las somete ó perece; desde una simple célula hasta los seres más complejos, la vida funciona así y es la decadencia humana que con sus mentiras y su hipocresía ha desvirtuado la verdadera significación de estos conceptos. Joker por tanto se declara “en vanguardia” ya que está revelando “la verdad”, transvalorando todos los valores. Una vez más, la creación de nuevos valores, requiere de la destrucción implacable de los antiguos... Todas las reglas están hechas para ser rotas, incluida esta !!!

TO BE CONTINUED...