jueves, 27 de agosto de 2009

La política y los riesgos del futuro

Interesante artículo de DANIEL INNERARITY:

La política y los riesgos del futuro

Me ha gustado el artículo. Permítaseme añadir algunos comentarios...

Recientemente leí acerca de un método econométrico llamado MCO (mínimos cuadrados). Si uno rasca lo suficiente en las propiedades del método, se llega a: el método será aplicable siempre y cuando "el error generado en los cálculos sea despreciable" para los objetivos del análisis. jajaja... que simpático. Eso es lo mismo que decir: "acierto siempre que no me equivoco" ó como decía Nietzsche a propósito de la teorías Kantianas: "la adormidera es aquella sustancia que proboca el sueño"... Por tanto, la aplicación de las condiciones para que el método realmente prediga son desconocidas. Así que se usa el "contraste de hipótesis"... hasta que la hipótesis no se cumple, pero para entonces ya suele ser demasiado tarde... Pongamos un ejemplo:

Método para calcular el tiempo: Mañana hará el mismo día que hoy.
Condiciones: Aplica siempre que el error sea despreciable.
Fiabilidad: Probabilidad de acierto superior al 50% (que sería la predicción púramente aleatoria), porque el tiempo suele ser estable por varios días. Tres días de sol, tres nublado, etc...
¿Predice algo?... Más ó menos sí. Pero jamás predicirá la aparición de un tornado, por ejemplo. Los sucesos áltamente improbables se quedan fuera de la predicción. ¿Por qué? Porque se basa en la historia pasada para predecir la futura. No comprende el sistema, sólo comprende su inercia.

Pongamos otro ejemplo... el famoso pavo de Acción de Gracias de Bertrand Russell. El pavo es alimentado cada día puntualmente y éste llega a creer que todos los días será así, basándo sus cálculos en el método inductivo... pero el día de Acción de Gracias los humanos no vienen a darle de comer al pavo...

En un libro realmente lamentable, Nassim Nicholas Taleb, llama a estos sucesos áltamente improbables: "Cisnes Negros". Este fulano llega a decir que "Russell expone una variante especialmente tóxica de aquel juego mío con los taxistas..." y a continuación cuenta la historia del pavo. Pero Picholas... ¿No ves que Russell lo escribió hace un siglo y tu el año pasado? De todas formas, del libro pueden extraerse ideas interesantes. Este sujeto aplicaba el concepto de Cisne Negro a su propia vida. Hijo de familia bien, su padre era Ministro de interior en Líbano antes de la guerra civil que le despojó de sus privilegios. Según el, esa guerra civil era un Cisne Negro, es decir, un suceso áltamente improbable. Luego se marchó a Nueva York donde supuestamente ejerció de broker... con resultados nefastos, así que tuvo que dejarlo... y acusar al pobre matemático Gauss de mentir con su campana... para a continuación adorar a un nuevo santo: Benoït Mandelbrot. Basta leer este libro para darse cuenta de que este fulano no tiene ni puta idea de matemáticas. Entonces ¿qué hacía este mangante en un centro de cálculo de un gran fondo de inversión?... ¿En manos de quien está nuestro dinero?

Jajajaja... he conocido personalmente algunos brokers. Recuerdo una vez en Madrid. Estaba con mi amigo Dani en la Cervecería Irish Robers en la calle Ourense. Estábamos en la barra de arriba charlando en gallego. Ellos eran unos siete u ocho, impecablemente trajeados, trabajaban para Bankinter... se acercaron a nosotros y nos hablaron: "hola, sois galleguiños, ¿no?... ¡¡¡ que bien !!!... y esto, y lo otro, y lo de más allá...". Como mi colega y yo no teníamos ganas de gilipolleces nos despedimos educadamente. Mientras bajábamos las escaleras Dani se dio cuenta de que le faltaba su móvil. Subimos y lo buscamos, hasta que la camarera se acercó disimuladamente y nos reveló que nos lo había robado uno de ellos. Llamamos a seguridad y nos devolvió el móvil sin rechistar. ¿Qué tipo de mentalidad tiene esta gente? ¿Cuáles son sus valores?

Bueno, ya me he ido por los cerros de Úbeda de lo que quería decir: Mr. INNERARITY, buen artículo, aunque no estoy de acuerdo con sus conclusiones. Creo que ha ido usted demasiado lejos...

Fin de la divagación.

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